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ESTUDIO CON PERSONALIDAD PROPIA

En el desarrollo de este proyecto lo que queríamos dejar claro es que no por tener pocos metros íbamos a prescindir de todos los espacios necesarios en una vivienda. El reto fue conseguir que cada rincón tuviera su estilo propio.

 

Empezamos por la estancia principal: un salón comedor, que lo integra todo. Para que el espacio tuviera su propia personalidad nos centramos en buscar elementos decorativos que realmente destacaran. Una cocina de estilo nórdico en madera y con tiradores de cuero. Una cama que se saliera de lo común, bien vestida, y con una iluminación acogedora y cálida. Y por supuesto armarios abiertos para poder guardar de todo

 

El segundo paso fue el baño. En este caso, nuestro cliente nos dio una pauta muy clara: en el baño debía caber una bañera grande. Así que toda la distribución se penso para dar cabida a este elemento sin que restase espacio al resto. La clave:  alicatado en tonos beiges y un lavabo con espejo que realmente destacara sobre todo lo demás.

 

El resultado un estudio realmente acogedor y que no cabe duda que tiene personalidad propia.

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