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Un salón para vivirlo

Actualizado: 2 ene 2020


Retomamos hoy el blog, un poco abandondo los últimos meses para hablaros de uno de nuestros últimos proyectos de decoración: un salón-comedor para una familia bonita que estrenaba casa y buscaba un salón cómodo, funcional, al mismo tiempo que acogedor, cálido y lúminoso.

salón comedor de aire mediterráneo

Una de las máximas de Slow & Chic es tener claro que los espacios se crean y se diseñan para vivir. Pero además de que sean confortables, amigables y acogedores nos gusta que el resultado final tenga una coherencia y armonía entre los muebles, los textiles y los detalles de tal forma que además de vivirlo, se disfrute. Ese fue el concepto que nos guió a lo largo de todo el proceso de selección de piezas, así como de diseño de distribución. El resultado: un salón comedor, de concepto abierto que integra perfectamente la cocina sin distorsionar un ápice todo el conjunto.

Los dueños lo tenían claro: querían un salón vivible, que multiplicara la luz que entra por sus ventanas, que huyera de los grises y además tuviera notas de color en azules y mentas, y, por supuesto, que fuera cómodo y versátil. Con estas pautas todo fue fácil.

La clave: el sofá esquinero que marca todo el caracter de la estancia y lo divide generando tres ambientes (zona de estar, zona de lectura y zona comedor). Los mueble auxiliares en madera de roble y blanco aportan ese almacenaje que siempre necesitamos, sin saturar el espacio, y aportando neutralidad.

Los detalles una vez más nos los dan las lámparas. Dos luces indirectas que caen del techo sobre la zona de tv y una lámpara de pie con una pantalla en negro, que la hace muy presente, hacen que el espacio tenga su propia personalidad generando al mismo tiempo un ambiente cálido y acogedor al final del día.

Otros detalles que marcan el estilo del salón son: las piezas decorativas y los textiles en azules, y una composición de láminas alegre y vegetal que hacen un guiño a los días más estivales.

La versatilidad del espacio nos la da la mesa consola extensible, que en el día a día es un mueble auxiliar útil que no ocupa espacio y que en día especiales nos ofrece la oportunidad de crear una gran mesa para acoger a nuestros invitados, convirtiendo así el espacio en un gran comedor.

Un salón para vivirlo

Por último, no nos olvidemos de el detalle de la entrada; a priori un espacio estrecho y sin muchas posibilidades que se convierte en una cálidad bienvenida al integrar una consola en madera y metal hecha a medida y un gran lienzo personalizado (made in Slow & Chic) de flor paniculata. Para nosotros un proyecto bonito, lleno de luz con un resultado de lo más especial, que sin duda nos invita a vivirlo.

Puedes ver el proyecto completo aquí

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