El dormitorio es el lugar más íntimo y personal de un hogar. Se trata de un espacio que necesitamos encaje con nuestra personalidad, que nos identifique y que, por supuesto, nos haga soñar.
A priori se trata de un espacio sencillo de decorar; con elementos básicos y comunes, como una cama, mesillas, iluminación indirecta y si tienes la suerte de disponer de espacio, zona de almacenaje de ropa y elementos como descalzadoras, zapateros y tocadores, tienes el espacio completo. Pero un dormitorio debe tener algo más: alma propia. Entonces, la pregunta que seguro os viene a la cabeza es; ¿cómo lo consigo? Todos vemos en las revistas, o cuando nos vamos de viaje, habitaciones maravillosas que nos parece imposible poder adaptar a nuestro hogar; pero la verdad es que es mucho más sencillo de lo que parece. Para muestra 4 ideas de dormitorios entre los cuales seguro encuentras uno que se adpata a tu personalidad.
1. PARA LOS ROMÁNTICOS
Lo principal es la gama de colores que vayamos a elegir. Lo más sencillo es partir de una base clara, en tonos piedras o arenas que puedan combinar fácilmente con tonos pastel o empolvados. Tonos suaves, con toques en rosas, beiges, combinados con mobiliario de madera en blanco roto, o madera natural, de formas no demasiado rectas. Añadir además algún mueble tapizado como el cabecero, la butacao una descalzadora, darán el toque final
2. PARA LOS MINIMALISTAS
Para los que buscan que su dormitorio sea un espacio despejado, visualmente limpio y sin florituras, la respuesta es: apuesta por el blanco. No te compliques, que el blanco sea tu color principal y a partir de aquí juega y combina con algún elemento diferenciador, como un papel en una pared, cojines con algún color que destaque y poco más. El resto de elementos como mesillas, lámparas de mesa, etc, en blanco conseguiran dar uniformidad y amplitud al espacio.
3. PARA LOS AMANTES DE LA INSPIRACIÓN NÓRDICA
Los espacios con inspiración nórdica no pasan de moda. Se trata de espacios de líneas depuradas, rectas y materiales naturales. Ellos, los nórdicos, buscan la luz y por eso también se basan en tonos claros como guía para el espacio. El contraste lo aporta colores fríos como azules y grises con mezclas de azul y verde. La clave: mobiliario de materiales nobles y naturales, como la madera o el hierro. Naturalidad y contraste que en un dormitorio puedes aplicarlo marcando un tercio de la pared de un color más oscuro e introduciendo la madera natural y el hierro en los complementos. Los textiles en gris y sin mucho estampado. La ventaja de este estilo es que cuando te aburras de las líneas puras y lisas podrás darle una vuelta completa al dormitorio cambiando simplemente los textiles.
4. PARA LOS QUE SE HUBIERAN INSTALADO EN OTRA DÉCADA
Y cómo no, tenemos a los amantes de épocas pasadas. Los que miran todo lo vintage con deseo y que siempre buscan haya algún elemento que ya pasó de moda (aunque ahora vuelva a ser lo más) a su alrededor. Nuestra sugerencia es que le dediquéis algo de tiempo a buscar alguna pieza importante que destaque sobre el resto, puede ser el cabecero o una estructura de cama, una lámpara espectacular o que las mesillas no pasen desapercibidas. A partir de aquí id construyendo el resto, sin prisa, y buscando que cada pieza encaje con esa de la que os enamorastéis.